Página 7 - LIBRO buen vivir

Versión de HTML Básico

Presentación
La Constitución del Ecuador reconoce derechos a las personas, derechos a las comunidades, pueblos y nacionalidades,
y derechos a la naturaleza. Por lo tanto, se puede entender al Buen Vivir como el goce efectivo de los derechos de las
personas, las comunidades, pueblos y nacionalidades y el ejercicio de sus responsabilidades, en un marco democrático,
de convivencia armónica ciudadana, convivencia armónica con la naturaleza y de primacía del bien común y el interés
general. Alternativamente, el Buen Vivir se puede entender como vida en plenitud que comprende la armonía interna de
las personas (material y espiritual), armonía social con la comunidad y entre comunidades, y armonía con la naturaleza.
La noción del Buen Vivir tiene relación con lo que señala el Papa Francisco recientemente en la Encíclica Laudato si.
Respecto a San Francisco de Asís dice:
Era un místico y un peregrino que vivía con simplicidad y en una maravillosa armonía con Dios, con los otros, con la
naturaleza y consigo mismo. En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la
justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior.
Además, la noción del Buen Vivir surge en un contexto de creciente preocupación mundial por la sostenibilidad
ambiental debido al calentamiento global provocado por la acción humana. Según un estudio científico publicado a
inicios de 2015 en la revista Science, hemos superado cuatro de nueve límites ecológicos, entre ellos el umbral crítico
de las 350 ppm de C02 en la atmósfera.
Por otra parte, el Plan Nacional del Buen Vivir 2013-2017 estableció la necesidad de elaborar nuevas métricas del Buen
Vivir, acción que le corresponde al Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en tanto ente rector del sistema
estadístico nacional. Así, el INEC desarrolla en la actualidad el Proyecto “Formulación de nuevas métricas y alternativas
para el diseño, monitoreo y evaluación de políticas públicas”, que tiene como principal objetivo establecer indicadores
del Buen Vivir que rompan los paradigmas tradicionales de información usada para el diseño, monitoreo y evaluación
de la política pública en sus distintos ámbitos. El proyecto inició oficialmente en el año 2014 e implica un proceso de
varios estudios. En diciembre de 2014 se realizó un taller nacional que contó con la participación de varios expertos
nacionales, quienes discutieron sobre la conceptualización y dimensiones del Buen Vivir. En julio de 2015 se realizó
un taller internacional en el que expertos de distintos países debatieron sobre experiencias de nuevas métricas del
bienestar y el Buen Vivir.
El Buen Vivir es un concepto multidimensional y varias de sus dimensiones ya se miden y cuentan con fuentes de
información como, por ejemplo, educación, salud, vivienda, entre otras. No obstante, hay otras dimensiones que
requieren ser analizadas y operativizadas para su medición como, por ejemplo, los derechos de las comunidades,
pueblos y nacionalidades, o los derechos de la naturaleza.
Las nuevas métricas del Buen Vivir buscan contribuir con indicadores que guíen la formulación de políticas públicas.
A inicios del 2000, el ex Presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, creó una comisión de alto nivel para proponer nuevas
métricas de la calidad de vida y el bienestar. Esta comisión estuvo integrada por dos premios Nobel de Economía, Joseph
Stiglitz y Amartya Sen, y un economista francés, Jean-Paul Fitoussi. En el reporte de esta comisión, los autores señalan
que “lo que medimos afecta lo que hacemos” y que “si tenemos las métricas equivocadas nos esforzaremos por las
cosas equivocadas”. Asimismo, Donella Meadows, en 1998, señaló “medimos lo que nos preocupa y nos preocupa lo
que medimos”.
El Buen Vivir comprende tanto aspectos objetivos como subjetivos. No se reduce a las dimensiones subjetivas de la
calidad de vida. El Buen Vivir es un concepto complejo que comprende una pluralidad de unidades de análisis (personas,
comunidades y naturaleza), una pluralidad de unidades de medida (monetarias y no monetarias o físicas). En el caso
de las personas, el Buen Vivir implica que éstas satisfagan sus condiciones materiales u objetivas, como educación,
salud, vivienda, etc., así como aspectos subjetivos, como el sentir que las cosas que se hace en la vida son valiosas, la
satisfacción con la vida, el optimismo, la autonomía para decidir, las sensación de seguridad, emociones positivas como
la felicidad. Además, en la cosmovisión indígena el Buen Vivir comprende una dimensión espiritual, la cual puede o no
ser religiosa, como por ejemplo la consideración de la Pacha Mama como algo sagrado.