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post data marzo 2014
¿Cómo somos?
las están ejecutando ellas, cuestión que genera
un interesante dinamismo. Están participando en
actividades de tipo científico, intelectual y comercial.
Profesiones que antes eran pensadas solo para hombres
lo están ejecutando ellas, por ejemplo en el 2001 existió
419 con títulos profesionales de Químico, cifra que se
cuadriplicó para el 2010, llegando a existir 3.987 mujeres
graduadas de esta profesión. De igual forma la carrera de
Ingeniería Mecánica se pensó por algún tiempo que era
de exclusividad para los hombres, en la última década
se triplicó el número de mujeres que optaron por esta
profesión de 165 a 1.047 casos.
A su vez dentro del ámbito comercial, existen 148.578
mujeres que administran este sector; superando al
número de hombres propietarios de este tipo
de establecimientos. En estos últimos 10 años el
ingreso al mercado laboral por parte de la mujer se
incrementó en un 80% y el número de jefas de hogar
–aquellas de las cuales dependen económicamente
una familia- aumentó en un 74% del 2001 al 2010.
Inserción a los centros educativos
La educación y la profesionalización han sido un
aspecto fundamental para el desarrollo de la sociedad
y de la mujer, comenta Amanda Pazmiño de 27
años, titulada en Ingeniería de Alimentos. Ella forma
parte del grupo de mujeres jóvenes profesionales
que han decidido dedicarse íntegramente a
cumplir sus objetivos personales y profesionales.
“Probablemente no desee tener hijos ni casarme
jamás”, afirma entre sonrisas.
Las estadísticas reflejan esta realidad y según el Censo
Poblacional del 2001, 538.009 mujeres obtuvieron
títulos profesionales de tercer nivel, produciéndose
un notable incremento de 86,95% casos en 10 años;
a su vez si comparamos los títulos de posgrados
conseguidos por ellas se evidencia un incremento del
447% (se cuadruplicó) en esta última década.
Christian Ordóñez, comunicador social y estudiante
de posgrado, por su parte señala otro aspecto
significativo, que da cuenta de las transformaciones
sociales. Para él está claro que la juventud no
está enfocada en la conformaci
ón de hogares
tradicionales y por consecuencia
en la tenencia
de hijos. “Se puede notar que a futuro la población
de Ecuador sufrirá significativos cambios en las tasas
de natalidad, esto tiene que ver y está estrechamente
relacionado con la inserción laboral de la mujer y su
rol protagónico en la actual sociedad”,
manifiesta.
Ordóñez se refiere a los datos del INEC que revelan
un aumento en el número de mujeres que tienen un
solo hijo. En la última década aumentó en 187 mil
367 madres que decidieron tener –
únicamente
- un
niño o niña.
Por tanto, el acceso a la información y educación
ha permitido esta liberación tan deseada por parte
de la mujer, no solo la educación sino también los
medios de comunicación que permiten romper
tabúes, en gran parte porque hay algunos que tratan
los temas sin tapujos. También tiene que ver con la
cuestión generacional: 
las mujeres de ahora no son
las mismas que unas generaciones atrás.
Es bien conocida la diferencia
salarial que se produce entre
hombres y mujeres, en detrimento
de las últimas. En el Ecuador,
el ingreso salarial promedio
del hombre es de 436 dólares
mensuales y el de la mujer, 257
dólares.
A pesar que las mujeres prefieren
permanecer solas luego de un
divorcio en comparación a los
hombres, 3 de cada 100 mujeres
de este estado civil decidieron
intentar de nuevo.