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post data marzo 2014
¿Cómo somos?
La mujer ecuatoriana menos conservadora que hace
En esta última década se ha evidenciado que la
lucha por el reconocimiento de ellas como seres
capaces, independientes, con autonomía propia;
por la igualdad de derechos y oportunidades
con el hombre; por la eliminación de su estado
de subordinación, obediencia, sumisión y
dependencia, ha dado frutos gracias a la educación
y al trabajo a los que han accedido, permitiéndoles
participar en diversas actividades como la política,
cultura y, en general, en todas las labores que
antes les eran ajenas, por ser de exclusividad –
aparentemente- del hombre.
La mujer de ahora
Para Mayra Quiroga de 22 años, una joven
multifacética, quien además de sus estudios
en teatro y francés tiene ocupaciones como la
actuación, la animación de fiestas infantiles y la
gestión artística, sus prioridades no son las mismas
que las que fueron años atrás para su madre de
47 años. Finalizar su carrera y desarrollarse como
profesional es lo más valioso
 y no está
conformar
un hogar entre sus proyectos. 
A pesar que las mujeres prefieren contraer
matrimonio a edades menores que los hombres,
entre 20 y 24 años, en este grupo de mujeres
se evidencia una disminución de más de 6 mil
nupcias matrimoniales entre el periodo 2002 al
2012. Por tanto han dejado de lado esta opción
para encaminarse a otros proyectos que no –
necesariamente- son el matrimonio ni llegar a ser
madres.
¿Pero qué piensan los hombres sobre esta
decisión de las mujeres?
Para David Taco de
17 años, estudiante de secundaria, no solo es
una decisión sino una necesidad. Su familia es
numerosa y su hermana de 19 años, quien tiene
dos hijos y estuvo casada, trabaja como vendedora
ambulante y no logra obtener ni siquiera el ingreso
mínimo salarial ($340 dólares mensuales) para
educar a su niño. Estos esfuerzos y sacrificios
que ha palpado de cerca en su hermana le han
llevado a plantearse una forma diferente de pensar
sobre los nuevos roles de las mujeres en la actual
sociedad, no como aquella ama de casa siempre
con la responsabilidad del cuidado de los niños y las
tareas del hogar, sino como una mujer profesional
con autonomía propia.
Casos como el que comenta David Taco no son
aislados. Según el Anuario de Nacimientos y
Defunciones del 2012, en el grupo de edades
de entre 15 a 19 años se han concretado 7.701
matrimonios en el año 2002, cifra que se dispara
en el 2003 a 17.214 casos, siendo esta última la
más alta de la década, que posteriormente ha
tenido variaciones como las del año 2012 donde
nuevamente hay un descenso en las cifras a 10.594
matrimonios.
Mujeres o más bien dicho adolescentes que
quedaron embarazadas y que por decisión
de ellas o por la preocupación de sus padres
acerca de las relaciones sexuales y del embarazo
prematrimonial, contrajeron nupcias. Era una
necesidad el matrimonio para evitar convertirse en
madres solteras, en cierta medida tachadas por la
sociedad, incluso por aquellas de su mismo sexo.
¿
C
ómo
cambió estas percepciones tanto en
hombres y mujeres?
Actualmente ser madres
solteras no es una prohibición; en 10 años se
incrementó a 67% el número de madres solteras
que decidieron ser madres y padres a la vez. La
mujer se dio cuenta en estos años que el hombre
no era necesario para sacar adelante un hogar, y
que ellas misma podían procurarse los medios para
subsistir con sus hijos.
De igual forma el divorcio ya no es un tabú, en
muchas es una necesidad para acabar con la
relación conflictiva que viven con su pareja. De ahí
que el número de divorcio durante estos últimos
10 años se haya incrementado al 92,37%.
10 años atrás