Página 12 - LIBRO buen vivir

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interacciones y lazos cooperativos, las relaciones de solidaridad, reciprocidad, fraternidad, y respetar la diversidad.
Abarca la inclusión, cohesión, capital social, participación, interculturalidad y plurinacionalidad. Requiere promover la
igualdad y reducir las disparidades. Comprende al sistema económico como social y solidario (Coraggio, 2011).
La armonía con la naturaleza implicaría que las personas, las empresas y la sociedad respeten el entorno natural que es
la fuente de la reproducción de la vida. Entiende a la economía como un subsistema de un sistema mayor, denominado
biósfera, (Max Neef, 2006) y comprende que las condiciones ambientales afectan directa o indirectamente la vida de la
gente, así como las actividades humanas afectan al medio ambiente. Tiene relación con los derechos de la naturaleza,
la justicia intergeneracional y la sustentabilidad ambiental.
La elaboración de las métricas debe revisar esta y otras conceptualizaciones con la finalidad de definir el Buen Vivir y,
finalmente, operacionalizarlo.
Se puede pensar entonces en el Buen Vivir como un constructo altamente abstracto y complejo que comprende distintas
dimensiones o dominios que, a su vez, son constructos o conceptos de menor nivel.
1.2 Operacionalización
La operacionalización busca responder a la pregunta de cómo dar al constructo del Buen Vivir una definición operacional.
La operacionalización es el proceso que “vincula una definición conceptual a un conjunto específico de técnicas o
procedimientos de medición”, obteniéndose una definición operativa del constructo. Una definición operativa es
“cualquier proceso llevado a cabo por un investigador que refleja, documenta o representa el constructo abstracto tal
como es expresado en la definición conceptual” (Neuman, 2002: 174).
Sobre la operacionalización, Neuman (2002: 174) agrega que ésta “vincula el lenguaje de la teoría con el lenguaje de las
medidas empíricas. La teoría está llena de conceptos abstractos, supuestos, relaciones, definiciones y causalidad. Las
medidas empíricas describen cómo la gente concretamente mide variables específicas. Ellas se refieren a operaciones
específicas o cosas que la gente usa para indicar la presencia de un constructo que existe en la realidad observable”.
Según Neuman (2002: 175), el proceso de medición vincula tres niveles: conceptual, operacional y empírico. Un
investigador cuantitativo “primero conceptualiza una variable y le da una definición conceptual clara. Luego, la
operacionaliza mediante el desarrollo de una definición operacional o un conjunto de indicadores. Por último, aplica los
indicadores en el mundo empírico”.
1.2.1 Dimensiones
La definición del constructo del Buen Vivir implica también identificar y seleccionar sus componentes, dimensiones o
dominios.
Una de las definiciones de dimensión que incluye el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española es “cada
una de las magnitudes de un conjunto que sirven para definir un fenómeno”. Por su parte, Alkire (2002: 182) utiliza la
definición de dimensión del The Complete Oxford English Dictionary: “cualquiera de los aspectos constitutivos de una
situación particular”. En consecuencia, se puede definir las dimensiones del Buen Vivir como las magnitudes o aspectos
que componen el Buen Vivir.
Las dimensiones son también constructos abstractos que corresponden a las partes principales que componen el
constructo central, es decir, el Buen Vivir. Por lo tanto, requieren también ser definidas conceptualmente. Una vez
identificadas, conceptualizadas y seleccionadas las dimensiones, se debe elaborar sus definiciones operacionales,
las cuales, a su vez, permitirán la construcción de métricas e indicadores. Cada dimensión puede tener uno o más
indicadores.
Para responder a la pregunta de cuáles son las dimensiones del Buen Vivir, se sigue lo propuesto por Alkire (2008: 7-14),
quien plantea que hay cinco procesos o métodos mediante los cuales, generalmente, se seleccionan las dimensiones
de la pobreza:
i.
Datos existentes o convención: “seleccionar dimensiones (o capacidades) principalmente por conveniencia o por
una convención que se considera tiene autoridad, o porque estos son los únicos datos disponibles que tienen las
características requeridas”.
ii.
Supuestos normativos: “seleccionar dimensiones basados en supuestos implícitos o explícitos sobre lo que la
gente valora o debería valorar. Estos son generalmente los juicios informados del investigador; ellos pueden
también basarse en convenciones, teorías sociales o psicológicas, filosofía, religión, etcétera”.
iii.
Consenso público: “seleccionar dimensiones que se relacionan a una lista que ha alcanzado un grado de legitimidad
debido al consenso público”.