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de desarrollo humano-IDH para llamar la atención sobre aspectos relevantes para la vida de la gente, más allá del
producto interno bruto-PIB (Sen, 2000; Nussbaum, 2012a).
En este caso, se seleccionaron las dimensiones e indicadores según la disponibilidad de datos comparables
internacionalmente con una gran cobertura de países, según su relación con el concepto de desarrollo humano, y según
el supuesto de que gente de diversas culturas, regiones, edades, género, etnia, valoraban una vida larga, el ingreso y la
educación básica (Alkire, 2008: 9).
Adicionalmente, Alkire (2008: 15), basada en Robeyns (2005: 205 y 206), propone cuatro criterios de calidad para
seleccionar las dimensiones relevantes:
1.
Formulación explícita: “la lista de dimensiones debería ser explícita, discutida y defendida”.
2.
Justificación metodológica: “el método que ha generado la lista debe ser clarificado y defendido, así como abierto
a la crítica y a la modificación”.
3.
Niveles diferentes de generalidad: “proceso de dos etapas, ideal-factible: cada etapa generará una lista en un
nivel diferente, que vaya desde el nivel de la teoría ideal a listas más pragmáticas. Esto implica que solo desde la
segunda etapa en adelante se tomen en cuenta restricciones y limitaciones relacionadas al diseño de la medición
y la recolección de datos, o la factibilidad política o socioeconómica, en el caso de aplicaciones orientadas a la
política pública”.
4.
Exhaustiva y no reductiva: “las dimensiones de la lista ideal deberían incluir todos los elementos que son
importantes. Ninguna dimensión que sea relevante debe dejarse fuera”.
Para seleccionar las dimensiones del Buen Vivir, se requiere combinar varios de los métodos propuestos por Alkire
(2008):
1.
El análisis comparativo de las constituciones de 1998 y 2008, con énfasis en esta última que fue producto de
aprobación popular mediante referéndum, por lo que se la puede asimilar a los métodos de consenso público y
procesos deliberativos.
2.
Revisión de la literatura sobre los diferentes enfoque teóricos del Buen Vivir en el Ecuador para identificar
sus dimensiones, que correspondería al método de supuestos normativos. Esto se puede complementar con
entrevistas a expertos de los distintos enfoques.
3.
Definición de métricas e indicadores del Buen Vivir para el Ecuador. En esta parte se debe considerar restricciones
de tipo pragmático como disponibilidad de información, costos, tiempo, entre otras. Implica tomar decisiones
entre lo ideal y lo posible. Por tanto, en esta etapa empírica se requerirá utilizar el método de datos existentes.
Por su parte, el proyecto de nuevas métricas del INEC tiene la posibilidad de llevar a cabo otros métodos adicionales:
4.
Talleres nacional e internacional con conferencias de expertos sobre conceptualización y medición del Buen Vivir.
Este método se corresponde con el de supuestos normativos en tanto permitirá identificar juicios de expertos y
sus enfoques teóricos.
5.
Estudios cualitativos (grupos focales, entrevistas) en distintas comunidades del país que permitan levantar
información sobre los valores y percepciones de la gente respecto al Buen Vivir. Este método se asimilaría al de
evidencia empírica respecto a los valores de la gente.
6.
Creación de la Comisión Estadística de Nuevas Métricas del Buen Vivir con participación de académicos,
funcionarios de instituciones públicas y representantes de organizaciones no gubernamentales. Este mecanismo
institucional permitirá crear una red de instituciones e individuos y generar un proceso deliberativo que lleve a un
consenso sobre la conceptualización y medición del Buen Vivir. Además, permitirá tomar en cuenta los criterios de
expertos y alcanzar una definición común.
En el gráfico 1 se presenta la relación entre el constructo central del Buen Vivir, los constructos de menor nivel
denominados dimensiones del Buen Vivir y, finalmente, los indicadores de las distintas dimensiones.