Página 39 - Memorias 13 abr 2017

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M E M O R I A S , R E C O N S T R U Y E N D O L A S C I F R A S L U E G O D E L S I S M O
grande esfuerzo requirió la participación de personal de
todas las direcciones y coordinaciones del INEC, tanto
de administración central como de zonales.
El operativo fue armado con la estrechez de los recursos
con los que contábamos en esemomento y consistió en
definir territorios a investigar, recabar información sobre
la ubicación y número de albergues y refugios (que en
campono siempre fue útil), armar un centrode digitación
dentro del edificio de Planta Central, otros en sendos
Infocentros del Ministerio de Telecomunicaciones.
También se gestionó la donación de formularios
impresos (suficientes para la primera salida) y
manuales; se motivó la participación voluntaria
de los funcionarios del INEC que se volcaron
inmediatamente a la tarea propuesta; se gestionó más
voluntarios en otras instituciones del Estado; se armó
kits de alimentos para dotación única de cada uno
de los funcionarios voluntarios (donada por quienes
se quedaron para garantizar la operatividad normal
de la institución); se contrató vehículos, se gestionó
buses (que los facilitó el Ministerio Coordinador
de Seguridad); se capacitó equipos de campo, de
digitación y de Call Center; se comunicó internamente
y de forma interinstitucional. En resumen, se resolvió
en poco tiempo la complejidad de una operación que
habría exigido meses de planificación si no hubiera
sido por la premura del tiempo.
La ausencia de recursos suficientes se pudo
compensar por la extraordinaria capacidad técnica,
experiencia y solidaridad de la gente del INEC (y
del liderazgo probado de su equipo de directores y
coordinadores zonales).
El operativo no estuvo libre de dificultades, que fueron
resueltas conforme aparecieron. En mi segundo viaje
para acompañar en el levantamiento de información,
mi jornada inició en Pedernales el 18 de mayo, allí nos
encontramos con un contingente asignado por otras
instituciones, refuerzo necesario para lograr el registro
de damnificados en una segunda etapa que la hicimos
con un operativo tipo censo en las zonas urbanas con
mayor número de viviendas afectadas.
Una fuerte réplica de 6.8 grados (la segunda del día)
nos sorprendió mientras hablábamos con el personal
que para esa hora ya había sido capacitado y que debía
iniciar el trabajo de campo en las primeras horas de la
tarde. Para cuando la réplica terminó y la gente se había
tranquilizado, quedamos en medio del patio (solos) los
dos funcionarios INEC intentando infructuosamente
recobrar el apoyo ofrecido, fue mayor el temor que la
responsabilidad por iniciar la jornada, algo que se podía
entender no solo por el caos que provocó la réplica sino
también por los visibles daños en la infraestructura del
edificio que albergaba el COE Cantonal de Pedernales
en el cual nos encontrábamos.
La solidaridad y la empatía convivían en cada jornada
aunque algún medio virtual nos acusó de enfermar
“de esperanza” a la gente en Bahía. Nuestros equipos
conformados por personal de campo, muestreo,
administrativos,
comunicación,
planificación,
tecnologías, mujeres, hombres, directores, personal de
contrato y de nombramiento, etc. trabajaba en horario
extendido, dormía en hoteles o en carpas (dependiendo
de que podían encontrar), se veía motivado a pesar del
cansancio y lo complejo de la tarea.
Cada persona con la que hablábamos era una historia
que superaba lo que la herramienta podía recoger
(tristeza, esperanza y fortaleza), en cada visita nos
acogían con amabilidad y en la mayoría de los casos,
las palabras de esperanza y el alimento compartido
venía de las manos de quienes pretendíamos ayudar,
seguro recibimos más (en enseñanza y experiencia)
de lo que pudimos dar.