I N S T I T U T O N A C I O N A L D E E S T A D Í S T I C A Y C E N S O S
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La hoja de ruta para recoger la información
Albergues, refugios y hogares
1. Investigación en Hogares
El evento sísmico ocurrido el 16 de abril de 2016 en el
Ecuador obligó a la población mayormente afectada a
alejarse de sus viviendas no solo por su destrucción
sino por los graves daños en sus estructuras, que
inviabilizaban su permanencia en ellas. Así, un alto
número de hogares decidió no acudir a los albergues
o refugios, que si bien es cierto disponían de los
recursos necesarios para asistir ante la emergencia
a la población, no representaban la mejor opción de
protección y convivencia de los hogares, prefiriendo
solicitar asilo en las viviendas de familiares o amigos
la mayoría de ellas ubicadas en la misma ciudad o
provincia de residencia de tal forma que podrían aún
estar próximos a sus fuentes de trabajo o lugares de
estudio. En otros casos, las viviendas a pesar de los
daños ocasionados por el terremoto o sus réplicas
aún podían ser completa o parcialmente habitadas
permaneciendo los hogares en ellas, aunque
evidentemente en muchos casos la vulnerabilidad
de sus estructuras y lo visible de los daños daban
cuenta de la necesidad de arreglos o adecuaciones
necesarias para una óptima habitabilidad.
También, resultó afectada la estructura productiva
de la región: negocios, talleres, hoteles, tiendas,
almacenes, bodegas, oficinas, entre otros, fueron
destruidos seriamente dañados, lo que ocasionó la
pérdida de fuentes de trabajo de un alto número de
personas residentes en las zonas afectadas. Sin
embargo, las vidas humanas son la mayor pérdida
que dejó el terremoto, y sus consecuencias sobre los
hogares que las sufrieron son irreparables.
Por todo esto, resulta imprescindible el contar con una
base de datos de la población damnificada en quienes
las diferentes instituciones públicas desplegarían las
diferentes políticas de asistencia de tal forma que se
inicie con prontitud la rehabilitación y reconstrucción
de los cantones afectados por el terremoto, de esta
forma, es un compromiso institucional coordinar a
nivel nacional la integración del Registro Único de
Damnificados- RUD.
Para la conformación del Registro Único de
Damnificados fue preciso identificar la ubicación de la
población afectada en los días posteriores al sismo,
dado el obvio desplazamiento de los hogares, y de
esta forma diseñar la mejor estrategia posible para
el cabal registro de los hogares damnificados en el
menor tiempo posible y considerando la prioridad que
deben tener en el registro las personas con mayor
vulnerabilidad.
De esta forma, durante los días del levantamiento de
la información del registro de la población afectada
que residía en los albergues o refugios temporales,
que se llamaría fase I, se llevó a cabo bajo la dirección
de la Coordinación General Técnica de Producción
Estadística, la planificación general de una segunda
operación estadística de mayor dimensión y
complejidad de la anterior y dirigida a investigar los
hogares residentes en las zonas de mayor afectación
del sismo en las provincias de Manabí y Esmeraldas.
Esta segunda fase, tendría como unidad de
investigación los hogares y las personas que los
conforman y en principio formarían parte de su
cobertura geográfica los cantones denominados
prioritarios al ser los más cercanos al epicentro del
sismo y por lo tanto más golpeados por el evento.
Este segundo nivel en el registro se sumaría a la fase
I y posteriormente en conjunto con la fase III, que es
el registro de los hogares damnificados que no hayan
sido considerados en los dos operativos previos,
mediante puntos de convocatoria, integrarían la base
de datos consolidada a utilizar en la planificación y
ejecución de acciones a adoptar por las instituciones
gubernamentales frente al desastre ocasionado por el
sismo del 16 de abril de 2016 (ver gráfico 1).