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Alfredo Maximiano Castillejo
Analíti a
k
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Revista de Análisis Estadístico
Journal of Statistical Analysis
5 Discusión sin conclusión: ¿Es la
Geoestadística el nuevo paradigma
de análisis espacial arqueológico?
La exposición realizada en los apartados anteriores se
ha pretendido relacionar congruencia analítica a la hora de
tratar un problema espacial en arqueología, y en segundo
término, alcanzar un discurso interpretativo-causal acerca
de la variabilidad espacial de determinadas poblaciones en
clave de atracción/repulsión de acciones y efectos en deter-
minado conjunto de localizaciones.
Posiblemente, lo más significativo de esta propuesta sea
las aportaciones analíticas que se hacen sobre el análisis es-
pacial arqueológico intra-site y su relación con la Geoesta-
dística en términos de:
i)
Una nueva forma de concebir y entender el concepto
espacio en el análisis espacial arqueológico en oposi-
ción al modelo tradicional de contenedor estático en
el cual se albergan los efectos materiales de acciones
y donde cada localización se explica por sí misma.
Frente a ese planteamiento, la perspectiva relacional
otorga al espacio una dinámica por la cual los efectos
materiales de las acciones se encuentran localizados
en base a la interacción entre restos materiales, accio-
nes y circunstancias estructurales (sociales y físicas),
cuyo resultado es un “complejo paisaje” en el que ca-
da localización se explican en términos de los demás.
ii)
Una alternativa en la interpretación del problema es-
pacial (consecuencia del punto anterior). La solución
no pasa por definir la localización de la acción en base
a unos restos que presumiblemente se asocien a ella,
es decir, no se trata de buscar cómo están distribuidos
los restos, sino qué tipo de acciones han emplazado a
esos restos materiales sobre éstas y no en otras locali-
zaciones.
iii)
Nuevas propuestas sobre el modo de intervenir en el
área de excavación, se intenta buscar fórmulas que
permitan registrar de una manera sencilla y direc-
ta la tendencia espacial que defina a la distribución
sin menoscabo de otras informaciones contenidas en
el registro arqueológico. Se es consciente que adop-
tar esta forma de captura de datos implica modifi-
car en ocasiones el modo de intervenir en el proce-
so de excavación. Básicamente, las estrategias de re-
cogida de datos deben estar monitorizadas median-
te herramientas que permitan visualizar, en tiempo
real dicho proceso, esto permitirá obtener modelos de
las distribuciones con significancia estadística, per-
mitiendo ajustar, a criterios analíticos, la estrategia de
intervención en cada momento.
iv)
Se aporta un corpus sistemático de técnicas para el
análisis espacial a escala intra-site, destacando el uso
de la K de Ripley, Correlograma y el Semivariogra-
ma a esta escala, ya que la implementación de di-
chas herramientas aún es escasa y sobretodo, ha si-
do utilizada en casos de variabilidad espacial a escala
macro-espacial y con referencia a un enfoque confu-
so en relación a las implicaciones lógico-formales de
una distribución de efectos materiales de determina-
da acción o conjunto de acciones.
v)
Todo el protocolo analítico desarrollado deriva en el
estudio del tipo de relación existente entre el gradien-
te espacial y la superficie polinómica de cada dis-
tribución objeto de estudio. De este modo, se alcan-
za una respuesta válida al problema espacial plan-
teado (basado en la hipótesis interpretativa de atrac-
ción/repulsión espacial). La implicación más impor-
tante se centra en que el análisis de la primera deri-
vada de la función de distribución puede ser una vía
óptima en la solución de determinados problemas es-
paciales en arqueología que se encuentren relaciona-
do con la localización de límites (por ejemplo: una
cabaña)
A nivel de pensamiento arqueológico, un discurso in-
terpretativo de la variabilidad espacial observada en tér-
minos de localización de acciones y no en base a la ubi-
cación de determinados restos materiales, posibilitará una
solución cuantitativa y con significancia estadística. Así, si
existe la certeza de que un determinado espacio (domés-
tico, ritual, coerción,. . . ) se caracteriza por la repulsión o
atracción de un conjunto de determinadas acciones, y si
somos capaces de reconocer dichas acciones en base a la
fracción de los efectos materiales de las mismas; entonces,
se podrá interpretar esa área en base a la dinámica espacial
de sus acciones: atracción de restos sobre unas localizacio-
nes y su sistemática repulsión a otro emplazamientos.
Sin duda alguna, la realidad arqueológica no es simple,
debemos partir de que la propia distribución del fenómeno
está modificando, a su vez, las condiciones del resto de lo-
calizaciones y las acciones potencialmente realizables so-
bre ellas. Además, la misma materialidad objeto de estudio
puede cumplir múltiples funciones en una misma región
del espacio [43].
Por todo ello, la resolución del problema no es un ma-
pa de distribución de restos materiales, eso será sólo una
primera aproximación al problema, el fin último es poder
establecer un mapeado de acciones sociales y cómo aque-
llas se relacionan entre sí desde un análisis multivariante.
A modo de comentario final, se hace especial hincapié
en que el enfoque geoestadístico pone de manifiesto rela-
ciones espaciales reales y va más allá de la visualización,
más o menos elegante y sofisticada, sobre algunas relacio-
nes espacialmente aparentes. Actualmente, la apariencia en
el análisis espacial arqueológico es un serio problema, ya
que en ocasiones tenemos la tendencia a creer que la pre-
sencia de concentraciones de restos nos está indicando el
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Analítika,
Revista de análisis estadístico
, 2 (2012), Vol. 4(2): 83-95