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Daniel Orellana y Pablo Osorio
Analíti a
k
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Revista de Análisis Estadístico
Journal of Statistical Analysis
años siguientes una explosión de definiciones, métodos y
técnicas de medición de la segregación residencial. En 1988,
Massey y Denton intentaron sistematizar los enfoques exis-
tentes, y propusieron que la segregación era un fenómeno
multidimensional que podía ser medido en 5 ejes: unifor-
midad, exposición, concentración, centralización y conglo-
meración [17]. Esta sistematización ha demostrado ser útil
y permanece vigente hasta la actualidad; sin embargo, al-
gunos autores, como Buzai y Baxendale [4], basados en
el trabajo de Iceland y Weinberg (2002), proponen utilizar
solamente cuatro dimensiones, al entender la centralidad
y la conglomeración como dos aspectos de una misma di-
mensión. Otros autores han propuesto más recientemente
que la segregación residencial está directamente relaciona-
da con la forma de la trama urbana, y argumentan que la
sintaxis espacial podría ser considerada una nueva dimen-
sión de la segregación [29].
De forma intuitiva, la segregación socio-espacial urbana
puede ser entendida como la separación de diferentes gru-
pos poblacionales en el espacio. En la Figura 1, se muestran
ejemplos ilustrativos de un territorio con distintas distri-
buciones espaciales de tres grupos poblacionales. A la iz-
quierda (a), el territorio presenta baja segregación espacial:
las tres poblaciones comparten el espacio de manera rela-
tivamente homogénea. A la derecha (b), se evidencia un
proceso de segregación espacial: la población del Grupo
1 se concentra principalmente en un sector mientras que
se excluye de otro. Por lo tanto, la segregación espacial
urbana se puede entender de forma general como el gra-
do de separación del lugar de residencia entre dos o más
grupos en diferentes partes de la ciudad. Esta separación
puede manifestarse de varias formas, de manera que la
segregación es un fenómeno complejo con características
particulares.
Figura 1.
En un territorio compartido por tres grupos poblaciona-
les la segregación espacial es baja si los tres grupos se distribuyen
de la misma forma en el espacio (a), o alta si uno o más grupos
tienden a concentrarse en parte del territorio (b). Elaboración pro-
pia.
En América Latina se realizan estudios sobre el tema
desde la segunda mitad del siglo pasado, cuando se dan
los procesos de crecimiento acelerado de sus principales
ciudades. Para ello se han utilizado distintos enfoques aca-
démicos: el de la escuela ecologista de Chicago, con su
modelo de anillos de crecimiento [12, 21]; el concepto de la
marginalidad, que privilegió las explicaciones estructura-
les asociadas principalmente al empleo y las clases sociales
[19]; y, finalmente, los conceptos de pobreza y exclusión
social [27].
En el proceso de estudio de este fenómeno, se han utili-
zado diferentes enfoques y conceptos que han transitado
desde una visión que ha privilegiado las explicaciones es-
tructurales de la realidad, hacia otra visión que considera
que el problema es de un sector particular de la población:
los pobres. Cada enfoque tiene connotaciones en la forma
en la que se abordan las soluciones a estos problemas; en
la primera se pone énfasis en las estructuras económicas
y sociales de las ciudades mientras que, en la segunda, se
privilegia las preferencias individuales o de las familias y
su libertad de elección en una sociedad más vinculada al
mercado [27].
Al analizar los resultados de enfoques y conceptos di-
versos, los investigadores concluyen que el fenómeno de la
localización de los grupos sociales en el espacio urbano no
es de naturaleza simple, sino más bien el resultado de una
compleja interacción entre la estructura social, los procesos
de producción de la ciudad y las preferencias y recursos
de los hogares [23, 25]. Algunos investigadores ven en este
fenómeno una expresión de la situación social, no nece-
sariamente un problema, que podría incluso ayudar a la
focalización de las políticas sociales [25].
En la actualidad, el fenómeno se estudia apelando prin-
cipalmente a los conceptos de
división social del espacio y
segregación
. Investigadores como Schteingart, M. [27], Sa-
batini, F. [25], Rubalcava, R. y Schteingart, M. [23], puntua-
lizan estas categorías que fueron bosquejadas en primera
instancia por Castells en
La question urbaine
(1972) y ayu-
dan a enmarcar el fenómeno con mejor precisión para la
realidad latinoamericana.
La división social del espacio
se re-
fiere a grandes lineamientos de la organización del espacio
urbano que son más o menos evidentes a simple vista. Por
ejemplo, son obvias las diferencias que hay en la ciudad
de Quito entre el llamado norte, habitado y frecuentado
por grupos sociales de mayores recursos, y el sur de la
ciudad, habitado por grupos sociales de bajos recursos. El
concepto de segregación es más específico y ayuda a la
investigación a detalle en el espacio urbano; se refiere al
grado de proximidad espacial de las familias que perte-
necen a un mismo grupo social y su distancia con otros
grupos. Esta distancia no tiene que ver sólo con la situa-
ción socioeconómica, sino que puede analizarse desde la
etnia, la cultura, origen migratorio u otras variables. Sin
embargo, es manifiesto que el peso de la investigación de
la segregación en Latinoamérica se ha realizado sobre la
base de diferencias socioeconómicas, respondiendo a las
inequidades que existen en la región.
Para esta investigación, es importante diferenciar entre dos
tipos de segregación. Por un lado,
la segregación pasiva
ocu-
rre en los grupos más pobres o con menos oportunidades
de la sociedad, quienes tienen pocas opciones para situarse
en el espacio urbano, como producto del funcionamiento
del mercado de suelo y muchas veces también de políticas
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Analítika,
Revista de análisis estadístico
, 4 (2014), Vol. 8(2): 27-38