Diego J. Benítez Pazmiño
Analítika, Revista de análisis estadístico, (2015), Vol. 10
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que a menudo, en rangos culturales mayores, las personas castigan no s´olo a quienes se
benefician par´asitamente de la sociedad, sino tambi´en a aquellos que act´uan en favor del
bien com´un, lo que plante´o preguntas adicionales acerca de la verdadera naturaleza del
castigo. Entre los estudios destacados en esta l´ınea, Herrmann et al. (2008) condujeron
juegos de bienes p´ublicos en 16 grupos comparables de participantes alrededor del mundo y
encontraron que en algunos casos, el castigo a los colaboradores era tan fuerte que anulaba el
efecto esperado a aumentar la cooperaci´on. Estos autores sugirieron que este comportamiento
(an´omalo) estaba relacionado con d´ebiles normas de cooperaci´on c´ıvica y con la debilidad
del imperio de la ley en el pa´ıs
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. El castigo propinado a los colaboradores pas´o a ser conocido
como
Castigo Antisocial
para diferenciarlo del
Castigo Altruista
. Hechos como el evidenciado
por Herrmann et al. (2008) pusieron sobre la mesa del debate la importancia que los factores
institucionales, las condiciones ambientales y las caracter´ısticas personales de la poblaci´on,
tienen para determinar el tipo de castigo que prevalec´ıa en este tipo de juegos, lo cual podr´ıa
extenderse para explicar la forma en que distintos grupos sociales difieren fuertemente en el
´exito que tienen para solucionar sus problemas de cooperaci´on.
Para entender la naturaleza del castigo antisocial se ha esbozado una serie de explica-
ciones alternativas o complementarias entre las que se encuentran el sentido de revancha, el
gusto por el dominio, la personalidad competitiva, el deseo de maximizar pagos relativos, la
aversi´on a los bienechores, la conformidad con la normativa y las distinciones en la identi-
dad de grupo (Herrmann et al., 2008, pg. 1366). Otro tipo de explicaciones han provenido
de enfoques evolucionistas, como el presentado por Sylwester et al. (2013), seg´un el cual,
aunque perjudicial para la sociedad, el castigo antisocial puede ser una estrategia ganadora
a nivel individual para establecer estatus social y recibir los beneficios que ´este proporciona
en el largo plazo. De las alternativas mencionadas, el presente estudio se centra en evaluar
aquella seg´un la cual la identidad de grupo jugar´ıa un papel preponderante en determinar la
importancia del castigo antisocial y sus consecuencias negativas sobre la cooperaci´on. Una
primera raz´on que podr´ıa provocar que la identidad de grupo afecte el tipo de castigo que
los participantes propinan en el juego es que quieran retaliar en mayor grado si perciben que
el castigo es recibido por parte de alguien de fuera del grupo (out-group member). De hecho,
Herrmann et al. (2008) sugieren que una de las razones por las que en ciertas sociedades
prevalece el castigo antisocial es que ellas son m´as “Colectivistas”que aquellas en las que
prevalece el castigo altruista. La idea es que, dado que los participantes del experimento no
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La idea original fue que el
castigo
est´e relacionado con las normas sociales de cooperaci´on. Los autores
construyeron la variable “normas de cooperaci´on c´ıvica”usando data del
World Values Surveys
, que incluye
preguntas orientadas a un gran n´umero de ciudadanos representativos de un pa´ıs, acerca de qu´e opina la gente
sobre lo justificable que es la evasi´on fiscal, beneficiarse del fraude, o evadir tarifas del transporte p´ublico.
Mientras m´as reprochables sean estos comportamientos a los ojos de los ciudadanos promedio, se consideran
m´as fuertes las normas de cooperaci´on c´ıvica. El indicador del “imperio de la ley”se basa en muchas distintas
variables que miden
el grado en que los agentes conf´ıan y obedecen las reglas de la sociedad, particularmente
la obligatoriedad del cumplimiento de los contratos, la polic´ıa y las cortes; as´ı como la exposici´on al crimen
y la violencia
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