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Katiuska King; José Luis Morales
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¿Quiénes son las mujeres faltantes en el Ecuador? Una aproximación cuantitativa
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Analiti a, Revista de análisis estadístico, Vol. 16 (2), 2018
Analiti a, Revista de análisis estadístico, Vol. 16 (2), 2018
Este reconocimiento parcial de lo afrodescendiente en la sociedad ecuatoriana también
puede explicar el hecho de que las mujeres sean menos valoradas al interior de los hogares
afros y, por tanto, reciban menos cuidado que un potencial jugador hombre que tienen un
posible valor futuro para las familias. Esta es una explicación que cabría explorar
cualitativamente
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más a fondo.
Cabe notar la diferencia identitaria entre la población que se considera afroecuatoriana o
afrodescendiente y quienes lo hacen como negros, donde los primeros tienen más asumida
su identidad que los segundos y tienen mayor población que los segundos, añadiendo a
esto el hecho de que considerarse negro es asumir las discriminaciones raciales y en
algunas casos también las luchas del mismo pueblo, resignificando el término negro
mientras que autoidentificarse como afro supone traspasar la clasificación racial (CEPAL
2017).
A diferencia de los indígenas que cuentan con una organización nacional como la Conaie,
así como un partido político, Pachakutik, los afros cuentan con más de 300 organizaciones
pero diversas y fragmentadas al mismo tiempo (Antón Sánchez 2018, 319). Una de las
primeras organizaciones según Antón Sánchez (2018, 258-59) fue la Asociación de
Negros del Ecuador (Asone) en 1992.
En términos de participación política, no han existido “prácticas de inclusión a los
afroecuatorianos” (2018, 254) en los partidos y movimientos políticos, y cuando se han
producido, ha sido sin una clara noción de defensa de los intereses afro (2018, 278).
En cambio, en relación a una posible explicación de lo encontrado para la etnia montubia,
en un estudio sobre un programa de televisión ecuatoriano (León Franco 2009) encuentra
que: “las mujeres son tratadas como objetos sexuales y amas de casa” (...), las mujeres
'sensuales’ son ‘apetitosas’ para los hombres” [lo que] potencia el racismo y estereotipa
la vida montubia (2009, 110). En algunos trabajos se ha resaltado que los montubios son
machistas ya que lo encuentran cercano a la masculinidad, presente en los amorfinos
(Jalón 2017, 737) y (Cevallos Ruales 2017, 10). Esto junto con los dichos populares que,
reivindican la belleza de las mujeres de la Costa, de alguna manera, convierte a las
mujeres en objetos. Estas sutiles formas de trato a mujeres montubias podrían incidir en
hechos de violencia doméstica o intrafamiliar hacia las mujeres que se consideran
montubias.
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Actualmente existe una iniciativa de Cátedra sobre Afrodescendientes en Ecuador impulsada por la
Fundación de Desarrollo Social Afroecuatoriana y el Instituto de Investigaciones de Género y Derechos
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Este reconocimiento parcial de lo afrodescendiente en la sociedad ecuatoriana también
puede explicar el hecho de que las mujeres sean menos valoradas al interior de los hogares
afros y, por tanto, reciban menos cuidado que un potencial jugador hombre que tienen un
posible valor futuro para las familias. Esta es una explicación que cabría explorar
cualitativamente
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más a fondo.
Cabe notar la diferencia identitaria entre la población que se considera afroecuatoriana o
afrodesce diente y quienes lo hacen como negros, donde los primeros tienen más asumida
s i ntidad que los segundos y tienen mayor población que los segundos, añadiendo a
est el hecho de que considerarse negro es asumir las discriminaciones racial s y e
algunas c s s también las luch s del mismo pueblo, resignificando el término negro
mientras que autoidentificarse como afro supone traspasar la clasificación racial (CEPAL
2017).
A diferencia de los indígenas que cuentan con una organización nacional como la Conaie,
así como un partid político, Pachakutik, los afros cuentan con más de 300 organizaciones
pero diversas y fragmentadas al mismo tiempo (Antón Sánchez 2018, 319). Una de las
primeras organizaciones según Antón Sánchez (2018, 258-59) fue la Asociación de
Negros del Ec ador (Asone) en 1992.
En términos de participación política, no han existido “prácticas de inclusión a los
afroecuatorianos” (2018, 254) en los p rtidos y movimientos políticos, y cuando se han
producido, ha sido sin una clara noción de defensa de los intereses afro (2018, 278).
En cambio, en relación a una posible explicación de lo encontrado para la etnia montubia,
en un estudio sobre un programa de televisión ecuatoriano (León Franco 2009) encuentra
que: “las mujeres son tratadas como objetos sexuales y amas de casa” (...), las mujeres
'sensuales’ son ‘a etitosas’ para los hombres” [lo que] potencia el racismo y estereotipa
la vida m ntubia (20 9, 110). E algunos trabajos se ha resaltado que los montubios so
machistas ya que lo encuentran cercano a la masculinidad, presente en los amorfinos
(Jalón 2017, 737) y (Cevallos Ruales 2017, 10). Esto junto con los dichos populares que,
reivindican la belleza de las mujeres de la Costa, de alguna manera, convierte a las
mujeres en objetos. Estas sutiles formas de trato a mujeres montubias podrían incidir en
hechos de violencia doméstica o intrafamiliar hacia las mujeres que se consideran
montubias.
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Actualmente existe una iniciativa de Cátedra sobre Afrodescendientes en Ecuador impulsada por la
Fundación de Desarrollo Social Afroecuatoriana y el Instituto de Investigaciones de Género y Derechos
(Iniged) de la Universidad Central del Ecuador.
5.1 Cálculo de proporción mujeres - hombres por grupos etarios y etnia
Para indagar comportamientos entre distintas poblaciones, se realiza un análisis por
grupos etarios y etnia. En el gráfico 7 se puede observar el comportamiento de la
proporción mujeres sobre hombres por grupos etarios y categorías de autodefinición
étnica, confirmando que nacen más niños que niñas para todas las etnias.
Gráfico 7:
Proporción de mujeres - hombres en el Ecuador por auto identificación
étnica y grupos etarios para el año 2010
Fuente:
INEC - Censo de Población y Vivienda 2010.
Elaboración:
Propia.
Cuando se analiza esta información por grupos etarios se encuentra que la proporción de
mujeres – hombres es mayor entre las personas que se consideran blancas y menor entre
las montubias. En la población negra, incluso se encuentra que justo en el grupo etario de
19 a 34 años la proporción de mujeres - hombres es la más baja.