David Puebla
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Brechas salariales por género con un enfoque de ocupación y tamaño de empresa: descomposición por cuantiles
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Analiti a, Revista de análisis estadístico, Vol. 16 (2), 2018
Analiti a, Revista de análisis estadístico, Vol. 16 (2), 2018
Otra forma en la que se manifiesta la discriminación por género es la segregación
ocupacional y sectorial (Hegewisch, 2010; European Comission, 2009). En este sentido,
resulta evidente que las características que pueden catalogarse como “femeninas” sean
infravaloradas (OIT, 2016), y que incluso, aquellas ocupaciones predominantemente
“masculinas” que empiezan a ser cubiertas por una mayor proporción de mujeres se
cataloguen de menor valor o prestigio (Pan, 2015; Goldin, 2013). En este sentido, la OIT
(2016) destaca que en los países en desarrollo hay una probabilidad alta de que una mujer
se dedique a trabajos de bajas remuneraciones como administrativos de servicio y
comercio, y ocupaciones elementales.
Sin embargo, incluso cuando se compara a hombres y mujeres que ocupan el mismo cargo
y sector, se sigue observando diferencias en el salario que perciben. Williams y Bol (2018)
analizan la desigualdad desde un enfoque de tareas, con el fin de determinar si existen
cualidades específicas que se retribuyen de manera distinta. Los autores llegan a la
conclusión de que aptitudes como las habilidades gerenciales y la capacidad de resolver
problemas son importantes para explicar la desigualdad salarial. No obstante, dentro de las
ocupaciones, la importancia del componente específico de las tareas es relativamente
pequeña, razón por la cual resulta casi indiferente estudiar el origen de las brechas
salariales desde un enfoque de segregación ocupacional o tareas.
La imposibilidad de que las mujeres alcancen ocupaciones con altas remuneraciones es un
fenómeno conocido como “techo de cristal” (Atkinson et al., 2016; Blau y Kahn, 2016;
OIT, 2015; Guvenen, Kaplan y Song, 2014). En la búsqueda de erradicar esta problemática,
varios países han emprendido políticas dirigidas a facilitar el acceso de las mujeres a los
puestos de alta gerencia, destacándose principalmente las políticas de cuotas. Este tipo de
medidas consiste en la obligatoriedad de cumplir con un determinado porcentaje de
mujeres, principalmente en puestos jerárquicos. Si bien, han sido los países más
desarrollados como Canadá, Suecia, Reino Unido, Francia, Australia, Italia, Japón, entre
otros, los que más han promovido este tipo de políticas, en el contexto latinoamericano se
pueden destacar los casos de Argentina, Colombia y Ecuador, los cuales han aprobado
leyes de cuotas para puestos legislativos y públicos (Deloitte, 2017; Fortin et al., 2017;
Matsa y Miller, 2013).
Yendo al caso específico de las políticas de cuotas para el caso ecuatoriano, desde el año
1997 se promovió por ley (nombre de la ley), la cual establecía que las listas de
candidaturas posean al menos un 20% de representantes mujeres. Para el año 2000 se
instauró la ley que consistía en el aumento gradual del 5% en la participación de mujeres en
cada proceso electoral, hasta llegar a la igualdad de participación.
Es así que para el año 2007 ya se alcanzó el umbral del 50%, lo cual permitió que, del total
de asambleístas electos, el 34,6% sean mujeres
2
.
En general, la participación de las mujeres en la parte alta de la distribución de los ingresos
es baja. En Estados Unidos, por ejemplo, Guvenen et al. (2014) reportan que las mujeres
concentran el 11% del total de ingresos del 1% más rico. Por su parte, Atkinson et al.
(2016) encuentran que en países desarrollados
3
, el porcentaje de mujeres en el 10% más
alto de la distribución se concentra alrededor de 14% y 22%. De modo similar, en los
puestos gerenciales, el porcentaje de mujeres a nivel mundial se encuentra alrededor de
15% (Deloitte, 2015).
El Foro Económico Mundial (2017) calcula el Índice de Brecha de Género Global desde el
2006, el cual se compone de cuatro subíndices: i) Participación y oportunidades
económicas, ii) Logro educativo, iii) Salud y esperanza de vida, y, iv) Empoderamiento
político. En general, las brechas por género en cuanto a salud y logros educativos son
pequeñas: en promedio, al 2017, los 144 países analizados poseen una brecha de 96% y
95%, respectivamente. No obstante, las brechas en las dimensiones de participación
económica y empoderamiento político son importantes, ubicándose en un promedio de 58%
y 23%, respectivamente.
Al comparar el panorama entre países, se observan heterogeneidades importantes.
Principalmente, destaca la pequeña brecha de género en países nórdicos como Islandia,
Noruega y Finlandia. Del otro lado se encuentran países de África y Asia como Yemen y
Pakistán. Ecuador se encuentra en el puesto 42 del ranking del índice global, debido
principalmente a la brecha de empoderamiento político, dimensión en la que se ubica en el
puesto 32. No obstante, el país se ubica en el ranking 93 en la dimensión de oportunidades
y participación económica, lo cual denota una tarea importante por hacer en esta materia.
En comparación al resto de países de la región, Ecuador posee una mejor posición que Perú
(48), Uruguay (56), Chile (63) y Brasil (90), y se encuentra por debajo de otros países como
Bolivia (17), Argentina (34) y Colombia (36).
El informe de la OIT (2015) que analiza el papel de la mujer en la gestión muestra que
Ecuador se encuentra entre los 4 países con más alta participación de mujeres en puestos de
tomas de decisión. En el ámbito político la participación asciende al 42,9%, en los puestos
directivos de departamentos al 60,4%, y en puestos de gerencia al 23,0%.
2
Para mayor detalle sobre la evolución histórica de las políticas de cuotas en Ecuador, véase Machado (2012).
3
Los países considerados en el análisis son: Australia, Canadá, Dinamarca, Italia, Noruega, Nueva Zelanda,
España y Reino Unido.
Es así que para el año 2007 ya se alcanzó el umbral del 50%, lo cual permitió que, del total
de asambleístas electos, el 34,6% sean mujeres
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En general, la participación de las mujeres en la parte alta de la distribución de los ingresos
es baja. En Estados Unidos, por ejemplo, Guvenen et al. (2014) reportan que las mujeres
conc tr n el 11% del total de ingresos del 1% más rico. Por u parte, Atkin o et al.
(2016) encuen ran que en países d sarr llados
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, l porcentaje de mujeres en el 10% má
alto de l distribución se concentra alrededor de 14% y 22%. De modo similar, en los
puestos gerenci les, el porcentaje de mujeres a nivel mundial se encu ntra alrededor de
15% (Deloitte, 2015).
El Foro Económico Mundial (2017) calcula el Índice de Brecha de Género Global desde el
2006, el cual se compone de cuatro subíndices: i) Participación y oportunidades
económicas, ii) L gro e ucativo, iii) Salud y esperanza d vida, y, iv) Empoderamiento
político. En general, las br chas por género e uanto a s lud y logros educa ivos son
pequeñas: en promedio, al 2017, los 144 países anali dos poseen una brecha de 96% y
95%, respectivamente. No obstante, las brechas e las dimensiones d participació
económica y empoderamiento político son importantes, ubicándos en un p omedio de 58%
y 23%, respectivamente.
Al comparar el panorama entre países, se observan heterogeneidades importantes.
Principalmente, destaca la pequeña brecha de género en países nórdicos como Islandia,
Noruega y Finlandi . Del otro lado se encuentran países de África y Asia como Yemen y
akistán. Ecuador se encuentra en el puesto 42 del ranking del índice global, debido
princip lmente la brecha de emp d ramiento político, dimensión en la que se ubica el
puesto 32. No obstante, el país se ubica en el ranking 93 en la dimensión de oportunidades
y participación económic , lo cual nota una tarea importa te por hacer n sta materia.
En comparación al resto de países de la r gión, Ecuador posee una mejor posición que Perú
(48), Uruguay (56), Chile (63) y Brasil (90), y se encuentra por debajo de otros países como
Bolivia (17), Argentina (34) y Colombia (36).
El informe de la OIT (2015) que analiza el papel de la mujer en la gestión muestra que
Ecuador se encuentra entre los 4 países con más alta participación de mujeres en puestos de
tomas de decisión. En el ámbito político la participación asciend a 42,9%, en los puestos
directivo d departamentos al 60,4%, y en pue tos de gerencia al 23,0%.
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Para mayor detalle sobre la evolución histórica de las políticas de cuotas en Ecuador, véase Machado (2012).
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Los países considerados en el análisis son: Australia, Canadá, Dinamarca, Italia, Noruega, Nueva Zelanda,
España y Reino Unido.